Pacha y consumo de drogas. Parte 1



Una pista de baile rodeada por incontables zonas para aquellos que se pueden permitir un espacio para disfrutarlo sin interferencias, zonas VIP. Bailarines, hombres y mujeres con el torso desnudo con un físico escultural que bailan sin parar.

La discoteca Pacha, paradigma de la isla, está de aniversario, cumple 40 años desde su apertura. Construida en una zona donde los lagartos tomaban el sol, en su primera etapa Pacha se convirtió en un lugar de fiesta acogedor, donde amigos, hippis y personas con residencia en la isla pasaban la noche, se ha terminado por convertir en un lugar para personas con altos ingresos. La entrada en este lugar exclusivo puede costar hasta 100 euros o cerca de los 500 para una zona VIP, cubatas y copas por las que te piden unos 20 euros y una pequeña botella de agua te puede llegar a costar unos 12 euros. Pero aún así este lugar representa el glamur de la isla.


Todo fuera de este lugar es diferente.  Mientras la gente baila en su interior, un mundo oscuro se cierne sobre este mundo de fiesta y derroche. Un lugar donde el vicio y desenfreno opera a doble velocidad y que nada tiene que ver con el resto de la isla. Por las calles de la localidad de San Antonio, individuos se cruzan en el camino del viandante y mezclan ofertas de gafas de sol de dudosa fiabilidad con la oferta de un sinfín de drogas.

Numerosos distribuidores de drogas, terminan en apuros al final con problemas con sus proveedores por no poder pagar sus deudas. Todo este mundo que rodea a las drogas volvió a la palestra en el país que más consumidores aporta después de quizás el país anfitrión, después de la detención en Perú de dos ciudadanos de nacionalidad inglesa, Michaella McCollum de 20 años y de Co Tyrone y Melissa Reid de 19 años, por contrabando de cocaína.

Como otros cientos de jónes ingleses, Connolly y Reid habían pasado el verano trabajando en los clubes y bares de la isla, donde el atractivo de este tipo de sustancias ilícitas es constante. Nada tiene que ver con la cultura de consumo de drogas de los primeros años en que la isla comenzó a despertar, pasando en los años 70 al consumo de LSD, al éxtasis en los años 90, para pasar en la actualidad a otras drogas como Ketamina, GHB y cocaína.

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